Esta es una autentica Boina de los Requetés de Huévar utilizada durante 1936 y años sucesivos, por los llamados Requetés.
Los requetés o "boinas rojas" eran la fuerza de choque del carlismo, movimiento tradicionalista católico y antiliberal surgido en los años veinte del siglo XIX en torno a la reivindicación del trono español por parte de Carlos María Isidro de Borbón, hermano mayor de Fernando VII. Esta disputa política y dinástica ocasionaría tres "guerras carlistas" en ese mismo siglo.
Siguiendo el modelo de los Camelots du Roi franceses, establecido por el grupo de extrema derecha galo Action Française, el requeté se funda en 1907 como organización juvenil, aunque a partir de 1912-1913 comienza a adoptar estructura paramilitar y se curte en enfrentamientos callejeros contra republicanos y revolucionarios.
El carlismo llega a la Segunda República dividido por la escisión producida en 1919 por Juan Vázquez de Mella, que pretendía el resurgimiento regional mediante una monarquía unificadora. La muerte en 1931 del pretendiente Don Jaime, soltero y sin hijos, al que releva su tío Alfonso Carlos, un anciando de 82 años, propicia la reunión de mellistas e integristas en un fente antirrepublicano centrado en la defensa de la Iglesia. La designación en 1934 del abogado andaluz Manuel Fal Conde como secretario político de la renovada Comunión Tradicionalista de 1932 (que a efectos parlamentarios funcionaba como Partido Tradicionalista) subraya la reorganización del Requeté como grupo militar, ya comenzada anteriormente con iniciativas como la creación en 1931 de las decurias de Navarra, baluarte principal del carlismo.
En 1935 los requetés ya contaban con cerca de 6000 combatientes en esta provincia, y con secciones en Cáceres, Huelva o Sevilla. Las milicias se habían articulado mediante juntas constituidas por sacerdotes locales o militares, retirados por la Ley Azaña o en activo, como el general Valera (apodado "el padre Pepe"), que redactó sus estatutos. En enero de 1936 se completa el tercio de Pamplona y, tras la victoria del Frente Popular, Mola inicia en esta ciudad negociaciones con los carlistas, que ya disponían de una fuerza movilizable en 24 horas de alrededor de 10.000 hombres y que, siendo las milicias de derecha mejor organizadas al comienzo de la guerra, constituirían inicialmente el grueso del ejército Norte.
Entre finales de 1936 y la primavera de 1937, el nuevo orden franquista, a pesar de tomar medidas simbólicas como la recuperación de himnos e insignias monárquicas, muy del agrado del carlismo, también promovió otras de mayor trascendencia, como el decreto de unificación de milicias y el de fusión políticas del tradicionalismo con Falange que dió lugar a FET de las JONS, que sorprendieron y desagradaron a los líderes tradicionalistas. Fal Conde perdió el control de su partido, sufriendo primero exilio el Lisboa, en 1936 y , tras la guerra, años de confinamiento en Mallorca.
Para entonces, España había sido proclamada monarquía, pero Franco declaraba que él sería su regente perpetuo. A su muerte, le sucedería Juan Carlos de Borbón, un monarca rechazado por los carlistas,. por no atenerse a la línea de sucesión que consideraban legítima.
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